En un post anterior, hice referencia a un documento publicado por Expansiva, que se llamaba Somos más, queremos más y podemos más. Mirándolo nuevamente hoy encuentro una frase que me llamó la atención respecto de las tendencias de hoy.
El rasgo más relevante de estas tendencias es la incertidumbre, que todo lo permea; actuar en un ambiente de escasas certezas se está volviendo la norma, ya no la excepción. La política habrá de operar en adelante en un mundo incierto; la economía ya lo hace.
El puntal insoslayable de una actuación sólida en este nuevo escenario será la colaboración y la confianza mutua entre el Estado, el mercado y la sociedad civil, y lo será de un modo que hasta hoy nos es relativamente desconocido. Se requiere, en efecto, de enfoques menos rígidos y más orientados a resultados, los que demandan una base de confianza muy amplia para sostener una coordinación efectiva entre el Estado, la sociedad y las empresas.
No tengo mayores reparos con lo dicho, y efectivamente la incertidumbre es un sub-producto no menor de la velocidad del cambio. Es difícil en esas circunstancias que alguien pueda confiar en un grado de continuidad como podría haberse esperado hace apenas medio siglo atrás. Esta incertidumbre tiene consecuencias, sin duda, desde las anomias hasta las trincheras fundamentalistas, y cabe preguntarse desde el mundo de la educación, qué destrezas debemos desarrollar en nuestros alumnos. Lo que gatilló la lectura de lo anterior fue el recuerdo de una frase de Bertrand Russell, en la introducción a su Historia de la Filosofía Occidental. No tengo el libro a mano, pero creo que la memoria no me falla... Sostiene Russell que
si la filosofía tiene aún un rol es el siguiente: permitirnos vivir en la incertidumbre sin que nos paralice el miedo.
Si ese es el talante con el cual egresan nuestros alumnos habremos hecho bien nuestro trabajo, pero agregaría un otrosí... el 'enfocarse en los resultados' tiene que ver con la efectividad que buscamos, pero puede llevarnos a posturas oportunistas como individuos o como sociedad. Me parece que otro rol que puede tener la reflexión filosófica, o los cursos de civismo y actividades de esa índole, es generar alumnos que busquen actuar desde la integridad personal. Eso me parece igualmente insoslayable si se busca generar las confianzas mencionadas.
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