Desde el terremoto del sábado de la semana pasada, el tiempo ha transcurrido de forma extraña. Primero estuvimos varios días sin electricidad, una irritación menor en el contexto de la tragedia, pero que hizo que no viéramos las imágenes que se veían en muchas partes. Durante esos días la radio fue nuestra fuente de información principal, algo a lo cual ya no estamos acostumbrados.
Luego fue difícil tratar de volver a la normalidad, con lo cual me refiero a las labores profesionales que uno desempeña. Me imagino que esto debe haberle ocurrido a muchos. ¿Como volver al trabajo, y enfocarse en las tareas propias de éste, cuando pasó lo que pasó?... Sólo cuando fue posible enfocarse en la tareas de ayuda cambió la situación, pero en el período entre lo uno y lo otro, había momentos en que los avisos comerciales en la radio, o algunos correos ofreciendo cosas rebuscadas (una receta de Stuffed French Toast, por ejemplo) eran de un surrealismo que hacían que uno dudara de su cordura.
Mañana comienza el año escolar postergado. Nos hemos preparado para acoger a los niños, pero ¿sabe alguien qué hacer realmente en circunstancias como estas? Llevo unos cuatro terremotos en el cuerpo, al menos, y mis alumnos sólo tienen lo que sintieron ahora. ¿Hace alguna diferencia? Supongo que sólo me permite asegurarles que la vida sigue su curso no obstante las catástrofes, y ayudarlos a dar vuelta la página aunque nos sigan penando las réplicas. Cuando puedan poner su atención en las necesidades de otros, tendrán la perspectiva que necesitan...
Este terremoto ha sido lo peor que le podia haber pasado a Chile, asi que habra que luchar para arreglar todo este desastre.
Publicado por: Hoteles Cordoba | 13/06/2011 en 10:02 a.m.