Salman Kahn fue el primero en plantear que en vez de que los alumnos tengan clases en el colegio, y lleven tareas para ejercitar en la casa, debieran ver sus clases en la casa y luego ejercitar lo aprendido en clases bajo supervisión de sus profesores. Kahn empezó a generar pequeños videos para enseñarle matemáticas a una joven prima que tenía dificultades con esta disciplina, como muchos niños en edad escolar. La combinación entre estos videos y la ejercitación fue lo que inició lo que hoy se conoce como Kahn Academy, al cual me refiriera en un post anterior.
Esta obra de Kahn fue la inspiración para que un profesor de computación y robótica de Stanford, Sebastian Thrun, decidiera experimentar con su curso de Inteligencia Artificial. Su curso era muy popular, y solía tener unos 200 alumnos en cada curso que ofrecía. Decidió ofrecer una versión online (con todas la obligaciones y evaluaciones) y se preguntaba cuantos alumnos podría tener. A lo más, pensó, podría tener unos mil... El día siguiente de que ofreciera el curso en línea tenía unos mil, y en unas semanas el número llegó a unos 170.000, lo cual hizo que tuviese que armar rápidamente un equipo que montara la solución tecnológica para un número tan elevado. El video que sigue narra la experiencia y las conclusiones de Thrun para las oportunidades que ofrece esta reestructuración de la educación, particularmente para personas que jamás hubiesen tenido la oportunidad de tener esta calidad de educación a su disposición.
La consecuencia de su experiencia fue que dejó Stanford, y hoy se encuentra encabezando un nuevo proyecto que intenta un verdadera revolución de la educación superior –Udacity.
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