Muy recientemente publiqué algo sobre mi experiencia en las maravillosas conferencias organizadas por Alvaro Fischer para celebrar el bicentenario del nacimiento de Darwin. Hoy debo agregar este pequeño post para decirles que en Edge se acaban de publicar en un número especial (su número 300), todos los videos de la conferencia en Chile (¡y unas fotos maravillosas del viaje de los conferencistas al Canal del Beagle!). También publican unos extractos del último libro de Dawkins, The Greatest Show on Earth (El Espectáculo más Grande sobre La Tierra).
Siguiendo con el tema del post anterior, uno de los temas que se tocó explícta e implícitamente fue el de la naturaleza humana. El debate no es nuevo, y tiene ramificaciones que se remontan a los orígenes de la filosofía al menos. Desde la diferencia entre Aristóteles, que inaugura la idea de que la mente parte en blanco y se va poblando de conceptos a través de la experiencia, y de nuestra capacidad de generalización, hasta Platón y su insistencia de que todo conocimiento es innato, y que la experiencia sólo sirve para recordar aquello que se ha olvidado, ha existido la duda de si lo que sabemos es parte de nuestra biología (naturaleza), o de nuestra cultura (en inglés la diferencia se explica como nature vs nurture). Si bien existen posturas que representan estos extremos, las posiciones generalmente están en el contínuo, con una tendencia más favorable a uno de los extremos.
La respuesta desde una perspectiva evolucionaria también se sitúa en el contínuo, y es probable que el debate exista incluso al interior que quienes adhieren a este paradigma. Existen condicionantes biológicas que limitan la variación humana, y que generan constantes de comportamiento (nuestra naturaleza). Pero sobre estos límites se construye una impresionante variabilidad cultural e individual (nuestra cultura y nuestra biografía)
Habrán explicaciones de nuestro comportamiento, por tanto, que hagan referencia a nuestra naturaleza humana, incluso en temas tan aparentemente variables como los juicios morales (ver post sobre el trabajo de Hauser, entre otros) y sin embargo una parte importante de nuestro comportamiento no estará disponible para reduccionismos que pretendan agotar su explicación con referencias de este tipo.
Durante este año he tenido el privilegio enorme de asistir a una serie de charlas organizadas por la Fundación Ciencia y Evolucíon, impulsadas fundamentalmente por la energía y tesón de su Presidente, Alvaro Fischer, por su Directorio, por su Secretaria Ejecutiva, Marcela Fischer, y por un grupo de jóvenes dedicados que hicieron de este evento algo único en el país. Asistieron en el transcurso del año connotados científicos, que trabajan en diversas disciplinas desde una perspectiva evolucionaria.
Hoy culminó esta iniciativa con dos días extraordinarios, en que escuchamos a Daniel Dennett, Lena Cosmides, John Tooby, Steven Pinker, Matt Ridley, Helena Cronin, Nicholas Humphrey e Ian MacEwan. Huelga todo comentario... ¡excepto lo que me pasó a mi con tanto manjar..!
Como muchos hijos de los 'sesenta' mis primeros años universitarios fueron marcados por un época de grandes ilusiones y utopías, particularmente aquellas que buscaban un orden social más justo. Coincidían con mucha de la crítica de la cultura de la época que fue tan prevalente en su música y en movimientos contestatarios, que enfatizaban lo comunitario en contra del individualismo egoista que se percibía como la fuente de todos los males de dicha cultura.
Décadas después, y con algún aprendizaje traumático de por medio, aprendí que todo política debe resolver la tensión entre igualdad y libertad, y que sacrificar esta última en beneficio de la primera desafía algo muy básico en el ser humano.
Lo interesante de la perspectiva Darwiniana es que muestra que la naturaleza humana es esencialmente dual –competitiva y colaboradora, natural y cultural, barbarie y civilización (un ;-) a Sarmiento). Y toda política pública que pretenda reducirlo a uno de sus ejes, probablemente es resultado de lo que mejor caracteriza a la ideología –una explicación totalizante que puede ser tan grave en su versión totalitaria-estatista, como en aquella visión en que el mercado resuelve, o debe resolverlo, ¡todo!
Dicen que los posts no deben ser demasiado largos, por lo que opto por un 'continuará'...
Hoy discutía con mis alumnos si era posible que una persona se comportase en forma moral en un contexto enteramente corrupto. Como estímulo a la conversación escuchamos la inimitable versión de Julio Sosa ('El Varón del Tango') de 'Cambalache'. El tango aludido invita al auditor a reconocer que "el mundo fue y será una porquería', donde ya no operan estándares que separen a buenos de malos; y a sumarse a él sin resistir, porque "a nadie importa si naciste honra'o" y porque "el que no llora no mama, y el que no afana es un gil..." ¡Claramente Discepolín no era optimista al respecto!
El sicólogo social Philip Zimbardo se ha dedicado a responder la pregunta de qué es lo que hace que personas comunes y corrientes en muchos sentidos sean capaces de hacerle grandes males a otros. Su conclusión (muy resumida) es que se da en sistemas en los cuales hay personas con poder sin supervisión, y donde las disposiciones son egocéntricas antes que sociocéntricas... Pero es mejor escucharlo de primera fuente!!
No hay nada más interesante y misterioso que la relación que guardan las matemáticas con la realidad. Para algunos la matemáticas son el lenguaje de la naturaleza, y toda construcción matemática calzará con alguna dimensión de la realidad aunque no sepamos cual es (¡y aunque nunca lo sepamos!). Para otros no guardan ninguna relación más allá de la simple coincidencia, una coincidencia que podría ser resultado de nuestra biología que nos hace entender la realidad a través de sistemas formales como la lógica y las matemáticas.
Dudo que alguna vez esto se resuelva, pero acabo de ver un video en el cual un físico teórico mirando modelos de lo que se sabe de la física de partículas, y viendo vacíos en lo que pudiésemos llamar la 'simetría debida', muestra como algunos de estos vacíos se han ido llenando, y como podría completarse para llegar a la tan deseada teoría unificada, que logre unir las explicaciones de las fuerzas propias de la teoría cuántica (la electromagnética, la fuerte y la débil) con la gravitacional... (no se crea que el que escribe entiende de ésto por favor – ¡lo que me fascina es el proceso a través del cual ocurren descubrimientos!)
Esto de que se postule la existencia de algo porque si no no cuadrarían nuestros modelos tiene precedentes... La tabla periódica tenía espacios en blanco originalmente, y se postuló que debían existir los elementos que la completaran. Mágicamente, ¡así fue!
A comienzos del Siglo 19, el poeta inglés John Keats escribió
El fisico Garrett Lisi lo cree a pie juntilla, ya que la última lámina de su presentación hace referencia a ello. Para él la realidad en su escala más pequeña se asemeja a, o es, un bellísimo objeto matemático conocida como un E8. Al menos a eso apuesta, movido por su profunda creencia de que esa belleza debe a su vez representar la verdad. Y sobre esa base postula su teoría del todo...
Ver video de Murray Gell-Mann sobre Belleza y Verdad en la Física
Soy rector de un colegio, casado, tengo cuatro hijos y seis nietos /Head of a K-12 school, married, with four kids and six grandchildren.
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